sábado, 30 de abril de 2011

Betis 4-1 Numancia. Pepe Mel, Pepe Mel... Pepe Mel... ¡QUÉDATE!




Después de la semana llena de mensajitos en los medios de comunicación de Bosch Valero a Pepe Mel sobre su futuro, el veredicto del beticismo ha sido unánime; con uno a cero en el marcador, con el empate y, no digamos, con el cuatro a uno. La afición quiere que Pepe Mel sea el entrenador del Real Betis la temporada próxima en primera división.

Quien hoy ejerce el poder en el club verdiblanco, por decisión judicial, debería tomar nota del veredicto del beticismo, y, además echar un vistazo a la reciente historia del Betis, en la que cualquiera que destacaba y era beneficioso para el club, fuese entrenador o jugador, era puesto en el punto de mira del señorito, como fase previa de su obligada marcha. Así nos fue.

Pepe Mel ha devuelto el apoyo del público, con la decisión acertada que ha cambiado el rumbo del partido. En efecto, el Numancia había salido muy decidido, presionando arriba, incomodando al Betis, hasta el punto que antes del minuto ocho había sacado seis corners y había obligado a Casto a hacer dos grandes paradas. Sin embargo, en el minuto diez, en la primera ocasión en que se acercaba al área numantina, balón de Lopes a Pereira que pasa a Rubén Castro, que se interna en el área y coloca el balón en la red por la derecha de Lafuente. La grada corea ¡volveremos, volveremos, volveremos otra vez …! La goleada se presumía, pero no llegaba, y a la salida de un corner el Numancia empataba. A partir de ahí, se sucedieron, de una parte, las ocasiones del Betis (Rubén Castro y Molina, ambas en grandes jugadas de Emaná) neutralizadas por Lafuente; y de otra el coladero en que se había convertido la banda derecha, por la que Cedric se iba cuando quería de Lopes, lo que dio lugar a dos goles del Numancia que fueron justamente anuladas.

En ese momento se notó la mano de Pepe Mel; reforzó tras el descanso el centro del campo, con Cañas (que estuvo muy acertado) por el lesionado Emaná, y desplazó hacia la banda derecha a Beñat para ayudar a Lopes. Cedric desapareció.

Además, en el minuto uno del segundo tiempo Pereira, enmendando su desafortunada primera parte, marcó un gran gol.

A partir de ahí, dominio pleno del Betis, salvo un susto en un despiste de Casto. Ya todo fue coser y cantar en una tarde inspirada de Rubén Castro que hizo un triplete, marcando su segundo gol en una jugada en que acosó al defensa numantino, que se pudo nervioso, cedió el balón a su portero que había salido, aprovechándose de ello el delantero canario. Y su tercer gol llegó al rematar en el segundo palo, un balón pasado de Miguel Lopes, en la mejor jugada del partido, iniciada por Ezequiel (cada día va a más), y continuada por Beñat.

Después la euforia en forma de cánticos en la grada, dedicados a Gordillo, a Mel (por cierto a Bosch no), ¡volveremos!, ¡es de primera!.

En efecto, pues no solo hoy por hoy ningún equipo de segunda le hace sombra, sino que ya, a tan sólo siete puntos del ascenso, el Betis será de primera efectivamente, más pronto que tarde.

Libero.

domingo, 24 de abril de 2011

Barcelona B 0-3 Betis. Exhibición en Barcelona. El ascenso más cerca

El Betis ha pasado como un vendaval por el Mini Estadi. Ha dado una exhibición de juego y efectividad ante el filial azulgrana, alcanzando su momento culminante en el tramo final del partido, en el que el juego de los hombres de Pepe Mel ha sido puro arte. En esos momentos los pupilos de Luis Enrique han acabado desquiciados, han olvidado el buen hacer que al parecer les enseñan en la Masía, y han repartido estopa con las misma malas pulgas que exteriorizaba su mister cuando las cosas no le salían a su gusto en sus tiempos de jugador.

El Betis, salvo los diez primeros minutos, ha dominado el partido de cabo a rabo, poco a poco, en un crescendo sostenido que ha tenido su primer momento culminante en el tramo final de la primera parte, en la que dos buenas intervenciones de Juanma, han servido para enviar sendos balones a Rubén Castro primero y a Jorge Molina después, materializadas por los goleadores verdiblancos. Hasta entonces control y presión arriba, robos continuos y creación de peligro, que han hecho inservible la mayor posesión del balón alcanzada por los azulgranas, salvo un par de jugadas de peligro para la meta de Casto.

Con el dos a cero en el descanso las perspectivas para el Betis, eran halagüeñas, pero había que mantener el ritmo para que no sucediera lo que en Villamarín en la primera vuelta.

Así ocurrió y esta vez no hubo susto, pues el Betis no solo mantuvo el nivel, sino que lo subió. Y en un robo de balón de Iriney -¡qué exhibición, una vez más, la del brasileño- en las inmediaciones del medio campo, avanzó unos metros al ver pasillo libre y cerca del área lanzó un trallazo ajustado al palo derecho del equipo azulgrana, que hizo subir el tercer gol al marcador.

A partir de ahí, majestuoso concierto bético y delirio en las gradas de los numerosos seguidores verdiblancos.

En un partido así es difícil destacar a un jugador, porque todos los hombres de Mel han estado muy bien, tanto los once que salieron inicialmente, desde Casto a Pereira, como los que fueron entrando, Israel, Ezequiel y Cañas, que ha tenido la oportunidad, y la ha aprovechado de sacarse la espina del partido de la primera vuelta. Muy segura la defensa; bien el centro del campo, en el que Beñat ha destacado e Iriney ha estado inconmensurable con, además, un segundo lanzamiento que se fue al palo,

Como antes se dijo, el último cuarto del partido se convirtió en un recital en verdiblanco.

Todo ello lleva a encontrarnos a falta de siete partidos para finalizar el campeonato con una ventaja de nueve puntos sobre el tercero. O dicho de otra forma, al día de hoy, solo con ganar los partidos de casa el Betis volverá a Primera por la puerta grande. El ascenso está ya cerca y no se puede escapar.

Libero.

sábado, 16 de abril de 2011

Betis 5-0 Cartagena. Paso firme y seguro hacía Primera

El Betis continúa con el ritmo que imprimió a su marcha en Jerez. En esta tarde calurosa ha derrotado de manera contundente a las huestes cartaginesas, que, sin Toché, han pasado por el Villamarín vagando como alma en pena.

El Betis empezó lento y aplatanado; el equipo departamental ejercía un ligero control del partido. A los quince minutos ya habían visto la tarjeta amarilla Iriney y Emaná.

El Betis solo había amagado dos veces, pero en la segunda, al minuto veinte, un disparo al área fue desviado con la mano por el hombre clave de la defensa cartaginesa, Cygan. Penalti y expulsión. El mister cartaginés debió de pensar lo que en su día Mejuto, cuando escuchó esas dos palabras.

Esta vez lanzó Jorge Molina, que con sangre fría envió el balón a las mallas y encarriló el partido.

El Betis debió retirarse al descanso con el partido resuelto; oportunidades hubo para ello, pero hubo de conformarse con la mínima ventaja.

El partido no se podía escapar. Solo un accidente y una expulsión podrían poner en peligro la victoria. Y ese accidente pudo llegar en los inicios de la segunda parte, pero una mano milagrosa de Casto salvó el empate.

Ahí se acabó el Cartagena y comenzó el festival verdiblanco. Hoy Emaná estuvo sublime; su gran partido fue culminado por un golazo, en dos toques, una para hacer un sombrerazo al defensa y desmarcarse e irse como una flecha hacia el área, y el segundo para mandar el balón al lado contrario del que se encontraba Casilla. Rubén Castro estuvo magnífico; se ha ido acoplando a esa posición de desplazado hacia la banda; y hoy no solo marcó su golito tras pase de Emaná en gran jugada del camerunés, sino que asistió en dos ocasiones a Jorge Molina, para que el alicantino hiciera su triplete.

Muy bien Iriney, que, una vez más, fue aclamado por el público cuando fue sustituido. Lo mismo le ocurrió a Emaná, que se abrazó con Mel. ¿Qué dicen ahora los agoreros impacientes?

En fin, ya todo fue coser y cantar para el Betis. Solo faltaron los cánticos regionales. Aclamado Mel, aclamado Gordillo, y el Betis, como corría la banda el vendaval del Polígono, corre raudo y veloz hacia Primera, a ocho jornadas del final.

Libero.

domingo, 10 de abril de 2011

Jerez 2-3 Betis. Esplendor verdiblanco en la hierba de Chapín



Esplendoroso juego el que ha desarrollado el Real Betis en esta mañana casi veraniega en el bonito y cómodo estadio de Chapín, que estaba casi lleno. Ha merecido la pena acercarse esta mañana a Jerez, y ver in situ el golpe de autoridad que han dado los hombres de Pepe Mel. A pesar de algunos agoreros, especialmente dominantes entres los muchos que viven del fútbol en la prensa escrita y medios audiovisuales sevillanos, se ha demostrado que el equipo verdiblanco no estaba muerto, que estaba dando caña.

El Betis ha debido irse al descanso con el partido resuelto, pues salvo algunos momentos en que se ha tomado un resuello, ha dominado sobre el césped jerezano, creando numerosas oportunidades de gol que no han sido materializadas. El trío Salva Sevilla, Iriney y Beñat han sido los dueños del campo, y el Betis ha tenido la seguridad de la que en el domingo anterior careció por la ausencia del brasileño.

La segunda parte, salvo en sus momentos iniciales en que el Jerez apretó algo, se desarrollaba igual que la primera, cuando en el saque de un corner, al filo del cuarto de hora, el equipo azulino se adelantó. El público jerezano disfrutaba y los seguidores béticos no cejaban en su apoyo a sus jugadores.

El Betis no se amilanó; Mel dio entrada a Pereira; el Betis apretó y entró en los nueve minutos más esplendorosos de la temporada. Balón a Nacho en la banda; se va; centra templado; el esférico pasa por encima de Jorge Molina y un defensa y llega a Rubén Castro que de cabeza se reencuentra con el gol. Tres minutos más tarde, Emaná, comprometido y genial, presiona y roba un balón cerca de la línea divisoria en la parte derecha, avanza, envía un balón al área pequeña al que por poco no llega Molina y Pereira, en el segundo palo, manda a la red. Euforia en verdiblanco. Bien el gallego aunque luego lo estropeara con el codazo que le costó la expulsión.

Seis minutos más tardes, nuevo robo de Emaná que pasa un balón interior a Pereira, que avanza aguantando el esférico mientras el camerunés se desmarca entrando por la parte izquierda del área local; el gallego le envía el balón que Emaná envía a la red entre las pierna de Chema, cancerbero jerecista. El delirio en blanquiverde.

Pero como siempre hay que sufrir y así las victorias saben mejor, un fallo de Casto, que se dejó robar la cartera por el objetivo de los denuestos de la hinchada verdiblanca, José Mari, metió al Jerez, de nuevo, en el partido.

A partir de ahí, doce más cuatro minutos de sufrimiento. Cañas por Molina y Ezequiel por Salva Sevilla. El joven extremo en dos jugadas consumió más de la mitad del tiempo de prolongación. Bien Mel en los cambios. Dorado muy seguro atrás.

Y victoria final que lleva al Betis, de nuevo al liderato y pone tierra de por medio (siete puntos) con el Celta, a nueve partidos del final. Aunque todavía habrá que sufrir, a pesar de los agoreros, el Betis esprinta en Chapín hacia Primera.

Libero.

domingo, 3 de abril de 2011

Betis 1-1 Celta. Todo igual y un partido menos

El Betis ha desaprovechado la ocasión que tenía de dejar sentenciado medio ascenso. Pero tal como se ha desarrollado el partido y como están las cosas por la parte alta de la tabla, el empate a uno no se puede considerar como malo. Bien es verdad que el equipo verdiblanco ha podido ganar de forma holgada al equipo celeste, hoy de negro; pero los gallegos han podido resolver en dos fases del partido, en las que el drama ha sobrevolado, de forma injusta, el Villamarín.

Apenas si habíamos ocupado nuestras localidades, cuando el Celta, en claro fuera de juego, se adelantó en el marcador. A partir de ahí ha sido un partido oscilante.

El Betis no se amilanó y desarrolló, durante la primera parte, el juego de ataque más brillante de toda la temporada. Al minuto quince ya había creado varias oportunidades de gol, disparo al larguero de Jorge Molina, incluido. Muy bien como siempre Salva Sevilla; bien Beñat; Emaná estaba hoy en su lado bueno; muy bien Juanma que todo lo ha hecho bien, ha aprovechado su oportunidad, después de tanto tiempo en el dique seco; tampoco desentonó Momo cuando entró en la segunda parte.

La contrapartida estaba en el juego defensivo; se echaba mucho en falta a Iriney. El Celta llegaba con facilidad; y con el uno a cero se mascaba la tragedia. La situación se salvó con una mayor presión arriba del Betis, que propiciaba la rápida recuperación y la sucesión de jugadas de peligro.

Así se gestó el empate. Balón en poder de Juanma pegado a la banda, cerca de la línea de mitad del campo. Con un movimiento de cintura se deshace del defensa; balón a Salva Sevilla que pasa a Emaná en el área, que lo cede a Jorge Molina para que empuje el balón a la red.

Poco después, ya cerca del descanso, el Celta se queda en inferioridad por expulsión de Lago.

Todo parecía fácil para el Betis en la segunda parte, pero el Celta echó sus líneas atrás, se aculó en tablas, y renunció al ataque, quedando a la espera de una contra o de una ocasión como consecuencia de alguna falta.

El Betis creó oportunidades, ya sin la intensidad de la primera parte, pero unas veces la suerte y otras Yoel, mantuvieron el empate.

Así, hasta que Belenguer fue expulsado y ya con igualdad de jugadores el Celta se fue hacia arriba y durante diez minutos se veía llegar el gol. Aspas creó un peligro tremendo hasta que una mano, dudosa, seguida de una airada y soberbia protesta lo llevaron a la caseta y se restableció la desigualdad. A partir de ahí un quiero y no puedo hasta el final del partido.

Las diferencias siguen igual que hace siete días. Ahora el partido de Jerez tiene mayor importancia de la que habría tenido de vencer al Celta, pero se afronta, en principio, sin bajas.

Hay que ser optimistas. No se entiende a los derrotistas; cualquier equipo de Segunda, menos el Rayo, se cambiaría por la situación en que está el Betis. En cualquier caso, habrá que sufrir hasta el final.

Libero.