lunes, 20 de enero de 2014

Betis 0-5 Madrid. Sin rumbo



Nueva derrota del Betis, esta vez ante el poderoso Real Madrid, quién aplastó a un equipo roto desde el primer minuto del partido. El equipo madrileño, que apenas se esforzó en ningún momento, consiguió una nueva victoria con la que iguala a Barcelona y Atlético en puntos. Los de Garrido una jornada más no dieron en ningún momento síntomas de mejoría alguna.

Con un Benito Villamarín hasta la bandera, se presentaba el Betis de nuevo ante su afición, con la intención de levantar cabeza y no descolgarse de la pelea por la salvación, algo que cada jornada que pasa se complica aún más.

El partido comenzó con el guión esperado. El Real Madrid se hizo amo y señor del balón con la clara intención de hincar el diente a un rival herido. Los nervios afloraban en los jugadores del Betis, a los cuáles le duraba poco tiempo la pelota en su posesión.

Con este arranque, el partido no tardó en decantarse a favor de los madrileños. A los diez minutos de juego, en una buena jugada individual de Cristiano Ronaldo, recientemente nombrado balón de oro, colocaba el 0-1 en el electrónico, con un potente disparo ante el que poco pudo hacer el meta Andersen.

El equipo desapareció por completo. Intentaban los de Garrido jugar por las bandas a través de Salva Sevilla, quién no mostró en ningún momento del partido aportar algo al juego ofensivo de los suyos.

Sin tiempo para sobreponerse del gol del portugués, llegaba el segundo del equipo de Ancelotti. En esta ocasión el gol fue de Bale, quién en una falta botada al borde del área, consiguió superar a la barrera y batir a Andersen, quién pudo hacer mucho más en el gol.

A partir de ese momento, la grada en forma de protesta ante la actitud de los suyos, comenzó a entonar el ya famoso cántico de “Pepe Mel, Pepe Mel” y a silbar cada pelota que pasaba por los pies del portero danés.  En medio de este ambiente de crispación llegó en el descuento del primer tiempo la puntilla con el gol de Benzema.

Se fueron los jugadores béticos a los vestuarios con pitos de su parroquia, mientras que el Madrid sabiendo que si apretaban un poco más, podían conseguir una goleada escandalosa. Del primer tiempo destacar las ganas del chileno Lolo Reyes, quién demostró ser el único jugador metido en el partido.

En el segundo tiempo, con el partido ya sentenciado, las miradas se centraron en el palco, quién también recibió de nuevo su parte de culpa de la dinámica del equipo. De ahí al final del encuentro la afición fue silenciando sus cánticos, deseoso de que terminase el encuentro para mostrar su enfado.

En lo deportivo, en el segundo tiempo llegó el golazo de Di María desde más de 25 metros y la guinda la puso el canterano Morata, quién no quiso celebrar el gol para no hacer leña del árbol caído.

La afición despidió a los suyos con una gran pitada. En esta ocasión y demostrando la desunión entre el entrenador y la plantilla, no permanecieron en el centro del campo como en otras ocasiones.

En definitiva, mucho tiene que cambiar esto para que el Betis evite el descenso a la segunda división, lo cual supondría un duro revés para el club y sobre todo para la afición.

Juanjo Vergara

martes, 14 de enero de 2014

Betis 1-2 Osasuna. El Betis se gana a pulso el descenso


El Betis volvió a perder en la tarde de ayer, en un partido vital para los béticos para su objetivo de la salvación y ante el cual, el equipo volvió a demostrar los motivos por los cuáles, es el colista de la liga BBVA. El equipo de Garrido recibió al final del encuentro una sonrojante bronca de su fiel hinchada.

El Betis, que saltó al terreno de juego con el recién incorporado Leo Baptistao en el once titular, no pudo empezar peor el partido. En la primera jugada de ataque osasunista, el equipo demostró la falta de intensidad que le exige su afición, permitiendo que Cejudo centrase al área desde la banda derecha ante la mirada pasiva de Vadillo, lo que provocó que Torres rematase sólo en el área pequeña, ante lo que poco pudo hacer el meta Andersen.

Como en la mayoría de partidos de la temporada, los verdiblancos comenzaban el partido encajando un gol tempranero, algo que para un equipo que se está jugando tanto, es imperdonable. Los de Garrido debían de remontar de nuevo un resultado adverso, algo que aún no habían conseguido esta temporada. 

El Betis poco a poco fue embotellando en su campo al Osasuna, sin embargo, era un falso dominio, debido a que el equipo disponía de pocas ocasiones de gol. El meta Andrés Fernández pasó desapercibido, atajando los escasos centros desde ambas bandas de los extremos del Betis. Leo Baptistao era la única referencia ofensiva que ofrecía algo distinto a lo visto durante la temporada.

Cuando el equipo parecía hacerse con la posesión del balón, un inocente Nono, es expulsado por doble tarjeta amarilla en el minuto 37, complicando aún más el partido para los suyos. El partido no podía tener peor guión. Lo mejor que le pudo pasar al equipo fue acabar el primer tiempo con el 0-1.

En el segundo tiempo, Garrido dio entrada a Molina y a Figueras, quién no tuvo su mejor tarde. En el primer balón que toca, recibió la tarjeta amarilla en una entrada a destiempo; en la segunda casi le sancionan un penalti y en la tercera pelota que tocaba, la introduce en la portería de Andersen, de nuevo en una nueva internada por banda del equipo navarro.

Con el 0-2 y un jugador menos, el equipo estaba roto. No daba tres pases seguidos. Sin embargo, pudo meterse en el partido en una jugada aislada del equipo verdiblanco. Un error de Loties, provoca que Rubén Castro se quede sólo ante Roberto, quién acaba derribándolo y haciendo penalti. Teixeira entiende que es ocasión manifiesta de gol y expulsa al guardameta. Pero, cuando un equipo está muerto...está muerto. El canario mandó la pena máxima al larguero llevando la desesperación a la grada.

El partido acabó por romperse. El Betis buscaba la heroica a la desesperada con una arriesgada defensa de tres, asumiendo mucho riesgo por intentar salvar un punto. Amaya parecía estar omnipresente, estaba en todas las zonas del campo, lo que provocó que sus compañeros empujasen un poco más.

Fruto de este empuje, llegó la recompensa, el gol de la esperanza. En una buena jugada entre Chuli y Molina, éste acabó marcando de fuerte punterón. Quedaban diez minutos, el empate se convertía en un mal menor. La grada empujaba y el Betis lo intentaba, pero un ordenado Osasuna, no permitió al equipo de Garrido empatar el partido. 

Con el pitido final, llegaron los pitos de una afición desesperada y los rostros desencajados de unos jugadores que aguantaron una vez más, la bronca de los suyos. La permanencia cada jornada que pasa se complica aún más. Los equipos van sumando y este Betis, apenas suma. Veremos que le depara la segunda vuelta a este moribundo Betis...



Juanjo Vergara